Tlaloc: Poesía y música

Segunda formación de Tlaloc

Fue el primer grupo salmantino que musicó a los poetas

A principios de los años 70, el panorama de la música popular salmantina estaba compuesto fundamentalmente por grupos que apenas interpretaban canciones de su propia cosecha. El hecho de que la mayoría de las actuaciones tuvieran lugar en los bailes rurales o de la capital (había que pagar carísimos equipos sonoros), así como una cierta falta de tradición compositiva en los grupos de la época (eso se dejaba para los “famosos”), explica el que lo único que parecía producir nuestra ciudad fueran grupos pop o rock y orquestas de baile, que se limitaban, aunque algunos con gran calidad, a ofrecer al sufrido público versiones de las canciones “modernas” que arrasaban entre los jóvenes, o de los boleros, pasodobles, cumbias y chacha chas que solían bailar sus padres. Completaban esta limitada oferta, un grupo de jazz –compuesto por buenos músicos pero también centrado en las versiones- la coral salmantina, el coro universitario, así como algunas formaciones entregadas al folklore español o hispanoamericano.

Una de estas últimas fue Folk 70, integrada por estudiantes universitarios procedentes, en su mayoría, de coros parroquiales. Jóvenes de su tiempo, la influencia de mayo del 68, el giro social que supuso el Vaticano II y el común amor a la poesía de todos sus miembros , les impulsaron, poco a poco, a adoptar una línea de mayor “compromiso social”, centrada en lo que se denominaba entonces “canción-protesta”, sin dejar de lado la calidad poética de los textos. A lo largo de 1971, tras una pugna con los partidarios de continuar con una música más “amable”, los “comprometidos” fueron imponiendo su repertorio, entre el que había temas en vascuence (AutxoTxikia) o en catalán (A la pressó) en una época en que el simple uso de esos idiomas convertía a cualquiera en políticamente sospechoso, sobre todo si ese cualquiera residía en una región donde solamente se hablaba la entonces denominada ”lengua del Imperio” . El grupo, además se atrevía con un arreglo original de Anda Jaleo, tema tradicional andaluz recopiladonada menos que por Federico García Lorca.

A finales del 71, Miguel Ángel Hernández, conocido como Miguelón, paradójicamente uno de los más fervientes partidarios de la línea tradicional del grupo, presentó a sus compañeros a Quini Sánchez, cantautor procedente del mundo del “ pop”, quien inmediatamente planteó el montaje de un repertorio compuesto por temas propios basados en textos de poetas comprometidos y de calidad.

Aparte de su capacidad como compositor, Quini, admitido inmediatamente, aportó un notable virtuosismo con la guitarra y unos cuantos miembros nuevos para sustituir a los “los folklóricos” que, poco a poco, fueron abandonando la formación.

Ya iniciado 1972, y viendo que el nuevo proyecto era totalmente diferente del original, decidieron también cambiar el nombre. Tras estudiar varias posibilidades, acabaron optando por Tlaloc, dios azteca de la lluvia. Su referencia más directa será Aguaviva, un famoso grupo de Madrid con varios discos en su haber. Surgió así un proyecto que, si bien con alguna con interrupción, protagonizó el escenario musical salmantino hasta mediados de los años 80. Como todos los grupos numerosos, Tlaloc padeció frecuentes cambios en sus componentes, pero podemos decir que conoció cinco formaciones principales.

Primera formación: Repertorio mixto

Primera formación de Tlaloc
Primera formación de Tlaloc

En la primera los ex miembros de Folk 70 (Ana Diego, Amparo del Cañizo, Luisa, Pedro María Hernández y José Amador Martín), se vieron reforzados por los “fichajes” de Quini, procedentes del coro de san Benito (Chema Hernández, que armonizaba las voces y cantaba como contratenor junto al propio Quini; Maite Estévez (voz contralto), Juan (voz baja) y José Luís Barroso, guitarrista de formación clásica que reforzó la guitarra acústica de doce cuerdas manejada por Quini. La flauta corría a cuenta de Luis Carlos. Con un repertorio “de transición” que combinaba temas procedentes de la etapa anterior con otros de Quini, debutan en el salón de actos de los Salesianos a finales del 72. Al acabar el concierto, Luis Carlos abandona el grupo, siendo sustituido por el autor de estas líneas, Víctor Gónzalez Villarroel. Como anécdota, he de hacer notar que, además de tocar la flauta introduje en el grupo la percusión (congas y bongós principalmente).

Pese a mi participación, el sonido que conseguimos era excelente y enseguida nos convertimos en la más destacado de las formaciones acústicas de nuestra ciudad (nos abstuvimos de usar instrumentos eléctricos y solamente utilizábamos la amplificación de los lugares en que tocábamos). El grupo se convirtió en asiduo de parajes culturalmente tan prestigiosos como el aula Salinas, el Teatro Juan del Enzina y diferentes colegios mayores, como el Montellano, el Carmelo, etc. El 28 de octubre del 72, participamos en una prueba de selección para el sello discográfico Zafiro. Y el 10 de abril de 1973, tocamos en el aula Salinas dentro del Ciclo de Intérpretes Universitarios. Junto a poemas con música de Quini Sánchez (El Poeta de Fausto González y Esperanza de Celso Emilio Ferreiro) tocamos ese día versiones de Aguaviva, entonces nuestro grupo de referencia (El Nacimiento, sobre un texto de Nazin Hikmet, y la Guerra que Vendrá, de Beltrold Brecht); interpretamos también las dos canciones tradicionales en vascuence o catalán que mencioné al principio del artículo, así como el también mencionado arreglo de Anda Jaleo.

Segunda formación: A Nazin Hikmet

Segunda formación de Tlaloc
Segunda formación de Tlaloc

En 1973 aparece una antología de NazinHikmet,  poeta turco, casi desconocido en España. Aunque como ya dijimos, versionábamos ya un poema de este autor con música de Aguaviva, ninguno de los miembros del grupo (y menos el que suscribe, que era un crío de 17 años, rodeado de tipos mayores y mucho más cultos que él), se había percatado hasta entonces de su enorme fuerza y calidad literaria. Además tiene una biografía heroica, cuajada de persecuciones exilios, años de cárcel e incluso una condena a muerte por motivos políticos. Una combinación de atractivos irresistible para unos jóvenes de ideología progresista. Así que, a propuesta de Pedro María, se decide montar una obra basada en sus poemas. En el momento de estrenarse, el grupo está compuesto por once miembros: Quini Sánchez (compositor, guitarra de doce cuerdas y voz tenor), José Luis Barroso y Ángel Luís Prieto de Paula (guitarras españolas y flauta baja el segundo), Chema Hernández (armonización de voces y voz tenor); Bernard Thiry (contrabajo); yo, (percusión y flauta soprano); Amparo del Cañizo y Mayte Estévez (contraltos), José Amador Martín y Juan (voces bajas); y Pedro María Hernández (recitados y voz baja). El 23 de enero de 1974; la obra se estrena oficialmente en el Madrid, en el Colegio Mayor Elías Ahuja. La misma mañana, el grupo participa en una selección para un programa de TVE.

El 14 de marzo del 1974, la interpretamos, por primera vez en Salamanca en el Teatro Juan del Enzina, dentro de la Semana de Intérpretes Universitarios. Ya en pleno proceso de composición de la Elegía, se repite en la Semana de Intérpretes Universitarios el 8 de febrero de 1975, pero  ya a cargo de la siguiente formación del grupo:

Tercera Formación entre la Elegía y Nazin Hikmet

Tercera formación de Tlaloc
Tercera formación de Tlaloc

A finales de 1974 la composición del grupo vuelve a sufrir una nueva trasformación. Yo, demasiado rockero para tocar una música tan culta, cometí la estupidez de abandonar el grupo y, unos meses más tarde, me trasladé a Madrid para estudiar Periodismo. Poco después salieron Pedro, Amador, Amparo y .Bernard, que regresa a su Bélgica natal. En nuestro lugar entraron Carmen Madrid, que sustituyó a Amparo y Antonio Martín Francisco, recitador y flautista, que cumple las funciones de que antes desempeñábamos Pedro María y yo. Más adelante, cuando la siguiente obra está en proceso de montaje, el cantautor Manuel Díaz Luis sustituye a Ángel Luís Prieto de Paula a la guitarra, además de aportar su voz. Manolo Manzano pasa a encargarse de la voz baja y Luís Sánchez, apodado El Rubio, se hace cargo del contrabajo.

Con estos componentes, a lo largo de 1975, el grupo comienza a montar su segunda obra Elegía de los Hombres y las Tierras de España. Fiel a sus raíces “comprometidas”, el talento compositor de Quini se enfrenta al desafío de poner música a 15 poemas de 11 autores contemporáneos, casi todos vivos en el aquel momento,(Eladio Cabañero, José Luis Hidalgo, Eugenio de Nora, Celso Emilio Ferreiro, José Hierro, Carlos Sahagún, Blas de Otero, José Agustín Goytisolo, Angel González, José Luis Hidalgo, José Amador Martín y Angel Luis Prieto de Paula, estos dos últimos ex miembros del grupo). El trasfondo común de todos ellos era la guerra civil y sus consecuencias

Entre febrero y marzo del 76, con un repertorio que todavía combina poemas de Nazin Hikmet con los de la segunda obra, Tlaloc, llamado a instancias de su su ex contrabajista Bernard Thiry, convertido en profesor de la Universidad de Lovaina, inicia una gira por Bélgica, donde visita diferentes universidades y centros culturales. En total siete actuaciones en diez días. Todo un record para un grupo no comercial y desconocido en España fuera de determinados ambientes culturales. Tras algunas actuaciones por toda España, entre las que destaca el Festival Folk de Arosa, abandonan el grupo varios de sus miembros, por lo que, de nuevo, hay que reestructurarlo.

Cuarta formación: Elegía de los Hombres y las Tierras de España.

Cuarta formación de Tlaloc
Cuarta formación de Tlaloc

En esta nueva versión de Tlaloc permanecen Quini Sánchez, Chema Hernández y Luis Sánchez. Se incorporan Lourdes Lázaro, Julio Heredero, Concha Román y Tomás Sánchez Santiago. Es de señalar que ensayan exclusivamente las canciones de la Elegía. Por primera vez Nazin Hikmet desaparece de su repertorio. Tras una intervención en el Festival de Colmenar Viejo, el grupo graba un single con dos canciones (La Guerra de J. A Goytisolo y Canción de Infancia de Carlos Sahagún). Lo hace en Nin’os, sello discográfico del cantautor salmantino Nino Sánchez. En abril del 77 participa en una de las primeras fiestas de la Autonomía de Castilla y León, celebrada en Villalar. Pero cuando parece que grupo ha llegado a su madurez, Quini Sánchez sufre un desprendimiento de retina que disminuye drásticamente su capacidad visual y Tlaloc desaparece.

Quinta formación: El árbol de Acteón.

En los 80, tras varios años de inactividad. Tlaloc se vuelve a reconstruir con una formación renovada y una obra sobre textos del poeta malagueño Juan Miguel González, quien pasa a formar parte del grupo como recitador. Le respaldan músicos de primera, con Quini Sánchez a la cabeza. Julio Heredero se encarga de la mandolina y voz, Paco Marcos maneja el violoncelo y canta; y Pablo Sagredo toca la flauta travesera. Mayte Estévez , veterana de otras formaciones, pone las voz femenina.

Aunque los textos son, quizás, menos reivindicativos que los anteriores (la sociedad española ha evolucionado desde los setenta), el grupo suena con una calidad extraordinaria, aún mejor que la delas formaciones que le precedieron. Como estamos ya bien mediados los 80, los poderes públicos organizan gran número de conciertos y Tlaloc aparece en muchos de ellos. Así, en los años siguientes se le puede ver en los Cursos de Verano de la Universidad de Salamanca, en el exterior de las dos catedrales (Patio Chico y Plaza de Anaya), y, por supuesto, en la Plaza Mayor durante las fiestas de San Juan de Sahagún.. Organiza además dos giras, una por los pueblos de nuestra provincia y otra por los de Castilla y León, en cuyo espacio de TVE, (entonces no existía la tele autonómica) también aparece. Es también asiduo del Juan del Enzina donde, en enero del 1985, se despide con un concierto en el que, en una primera parte, miembros de todas las formaciones tocaron temas de las obras anteriores. En la segunda, el nuevo interpretó, por última vez, El árbol de Acteón, digno colofón a la historia de uno de los grupos más originales e interesantes que jamás ha aparecido en Salamanca.

Sobre Víctor González Villarroel 30 artículos
Víctor G. Villarroel es un veterano periodista salmantino que residió en Madrid hasta que, en 2005, regresó a nuestra ciudad. Autor del libro “Historia incompleta del Pop y del rock en Salamanca” (2009), que resume las crónicas que semanalmente publicó en el desaparecido diario EL ADELANTO. Le gusta definirse como “arqueólogo musical”, debido a su tendencia a contar historias sobre pioneros de nuestro rock local. Actualmente colabora en el MES y en el programa musical “A Nuestro Ritmo” de Radio Oeste.

4 comentarios

  1. Es una bonita historia de la música salmantina. Yo no lo pude vivir porque en el 71 me vuine a Barcelona. Lo que no entiendo es como aúin nadie ha pensado en dedicar un homenaje al GRAN QUINI SANCHEZ. Por lo mucho que ha aportado a esa ciudad.

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