Los Stones de Alba

Tarjeta del grupo con campo de fondo
Tarjeta del grupo con campo de fondo

A mediados de los 60 Los Junkos osaban tocar Rhythm & Blues en la villa ducal

A mediados de los 60, la fiebre del rock and roll se había extendido ya desde la capital a los pueblos de la provincia de Salamanca. A Los Abejas de Béjar –de los que ya hemos hablado– se fueron añadiendo otros conjuntos, muchos de gran calidad. Entre ellos destacan Los Junkos, de Alba de Tormes. Su historia es representativa de las “difíciles” relaciones que existían entre los jóvenes músicos pop y la autoridad competente, por más que esta organizara concursos anuales en el Pabellón de Deportes.

En 1965 cuatro amigos se reunían por las tardes a tocar sus guitarras españolas. Sus nombres eran Paco García Arnés alias Capone (punteo), Jesús Nieto, apodado La Fiera (rítmica), Isidro González Cavi (batería) y Manolo Patrocinio Moreno (bajo) Tras un año de rascar y rascar, Cavi, que hasta entonces marcaba el ritmo sobre mesas y sillas, consiguió que su padre le comparara una batería Twister, casi de juguete, mientras que sus compañeros adquirieron a José Luis Ingelmo, dos guitarras y un bajo Jomadi, procedentes de Los Escorpiones. Los amplificadores eran caseros y construidos por un hermano marista. Afortunadamente, gracias a las facilidades del tío Manolo, pudieron enseguida cambiar estos trastos por un Music Son de bajos y un magnífico Fender por el que salían las guitarras de Paco y Jesús, así como por una batería Sonor, de mucho mejor sonido que la “sartén” anterior.

De Los Beatles a los Stones

Cavi, orgulloso de su
flamante batería Twister
Cavi, orgulloso de su
flamante batería Twister.

El grupo se formó bajo la influencia de Los Beatles y Los Brincos, cuyas canciones les enseñaba Ángel Chin, organista de Los Vanadiors y hermano de Paco, su guitarra solista. Sin embargo, pronto evolucionaron hacia una línea más dura, más stoniana. “Se nos daba bien el Rhythm & Blues, por lo que nos especializamos en temas de los Rolling Stones y de un grupo alemán llamado Los Vampiros”, afirma Cavi. Gracias a su buen sonido y a los oficios de Pedro Nieto, Perri, manager del grupo y hermano de su otro guitarrista, les fue fácil actuar en el Hotel Colón de Béjar, en Plasencia, en otros pueblos de la provincia de Cáceres y en Peñaranda junto a sus amigos Los Penbrack.

“Nuestros únicos rivales eran Los Crashers”, afirma Perri. “Su estilo era similar al nuestro, pero en muchos lugares nos preferían, porque a diferencia de ellos, no hacíamos ascos a tocar cumbias, pasodobles, jotas y otra música de baile”. Por ello el conjunto gozó desde el principio de una excelente acogida allá donde actuaba. Sin embargo, fueron frecuentes sus colisiones con la autoridad competente. Y no hay que olvidar que la autoridad competente tenía mucha autoridad en la España de Franco.

Roces con el mandamás

El primero de estos choques tuvo lugar en Fermoselle, localidad zamorana junto a Portugal. Según Cavi. “Elmando de la Guardia Civil correspondía a un capitán. Como estábamos en un pueblo fronterizo, este utilizaba una gorra de plato, distinta al habitual tricornio. Recuerdo que me crucé con él a las cuatro de la mañana, tras la actuación. Yo estaba muy alegre por la ingestión etílica y la perspectiva de pillar la pasta. Así que, no se me ocurrió otra cosa que gritar a mis compañeros ¡que viene el sereno!”. El resultado fue que, aquella noche durmieron en la casa cuartel, y que solamente la abandonaron tras abonar la multa correspondiente.

Más grave fueron sus diferencias con algún cacique de su pueblo. “Teníamos un contrato para tocar en carnavales en Guijuelo y nos iban a pagar 18.000 pesetas”, asegura Perri. “Pero nos dejamos convencer por nuestros padres para actuar el en Casino de Alba por 17.000. Se daba la circunstancia de que el presidente del casino y el alcalde de la Villa Ducal era la misma persona. Como no estaba allí, firmamos el contrato con el vicepresidente. Al regresar, el señor alcalde (y jefe local del Movimiento) estimó que no quería vernos allí y que de lo firmado nada. Tras varios rifirafes en los juzgados, se instó a nuestro abogado a retirar la demanda porque nunca íbamos a ganar. Además, el secretario del gobernador civil en persona, nos aconsejó que dejáramos la música puesto, decía, no se nos iba a permitir extender el comunismo por los pueblos en que tocábamos”. Y así, a solo dos años de comenzar, acabó para siempre la carrera musical de Los Junkos.

El destino posterior de los miembros del grupo ha sido muy diverso. Manolo Patrocinio trabaja actualmente en una oficina bancaria de Sevilla, Paco de relaciones públicas en Ibiza, Isidro González es funcionario del Ayuntamiento de Santa Marta, mientras que Jesús Nieto falleció.

(Del libro «Historia Incompleta del Pop y del Rock en Salamanca«, de Víctor González Villarroel. Explorafoto, Salamanca 2009)

Edición web: Ana Recio (Culture27)

Sobre Víctor González Villarroel 30 artículos
Víctor G. Villarroel es un veterano periodista salmantino que residió en Madrid hasta que, en 2005, regresó a nuestra ciudad. Autor del libro “Historia incompleta del Pop y del rock en Salamanca” (2009), que resume las crónicas que semanalmente publicó en el desaparecido diario EL ADELANTO. Le gusta definirse como “arqueólogo musical”, debido a su tendencia a contar historias sobre pioneros de nuestro rock local. Actualmente colabora en el MES y en el programa musical “A Nuestro Ritmo” de Radio Oeste.

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