Los primeros grupos profesionales

Los primeros grupos profesionales
Los Vampiros (1963-64). De izquierda a derecha: Fabián (acordeón), José Luis (piano), Andrés (“batería”), Damián (cantante) y Berna (guitarra).

Los Premier y los Soles representan la llegada de la calidad a la música salmantina

En el año 1963, Berna Palacios, un adolescente de apenas 17 años, se reúne con otros cuatro jovencitos de su edad, miembros como él de rondallas y tunas. Tenía algunos estudios de solfeo y guitarra, instrumento que, al igual que la bandurria, llevaba aprendiendo desde los 14. Era un extraño quinteto que carecía de bajista Por supuesto, no tenía instrumentos eléctricos. La guitarra era una española conectada a una radio vieja y, a modo de batería, se usaba solamente un timbal base. Para las voces utilizaban un amplificador “tombolero” marca Óptimus “(Pésimus” en el argot de los músicos). Como tres de sus integrantes trabajaban de día y estudiaban bachiller nocturno, ensayaban exclusivamente por la noche, razón por la que decidieron denominarse Los Vampiros. Como tantos otros, no pasaban de ser unos aficionados que actuaban los domingos en las matinés de los cines. Su repertorio estaba compuesto de baladas italianas tipo Adriano Celentano, además de Twist y otros sucedáneos comerciales del rock and roll. Sin embargo, lograron un sonido muy aceptable, como demuestra el hecho de que ganaran el primer premio en un concurso de conjuntos celebrado en el Bretón a finales del 63 o principios del 64.

Atrapados por el rock and roll

Los Premiers
Los Premiers (1965 – 1966) De izquierda a derecha: Alberto(bajo), Ángel Luis (rítmica), Berna(punteo), Chema (cantante) y Felipe (Batería).

Sin duda animados por éxitos como este, Berna y José Luis, el pianista del grupo, decidieron emprender una carrera más seria, “profesional” y directamente entroncada con el rock. Para ello, en 1964, constituyeron una nueva formación, denominada Los Bulbos. Era ya un grupo homogéneo, con un sonido más que aceptable, dos guitarras eléctricas Jomadi, amplificadores Music Son, bajo Honner, y una batería española, además del piano. Es de señalar que el bajista (Román Gasco), tocaba tanto la guitarra baja como el contrabajo acústico. Actuaban en los mejores locales y salas de baile de la provincia e incluso viajaron a Madrid, a Radio Intercontinental. El repertorio, a base de pop suave, abarcaba un poco de todo, desde una versión de La Yenka, hasta temas de Los Pekenikes o The Platters, con alguna balada de Elvis por añadidura. En 1965 Paco Seirulo, que tocaba la guitarra rítmica y hoy es fisioterapeuta en el Barça, se fue de Salamanca, Gelo, el batería, dejó la música y Román se pasó a otro grupo (Los Crashers). Berna aprovechó esta desbandada para formar The Premiers, un conjunto de sonido más duro, con Chema Repila, magnífico cantante, capaz de interpretar temas soul de Wilson Pickett y canciones netamente rockeras. En opinión de muchos, este fue el primer grupo profesional de nuestra ciudad.

Los Soles

Los Soles
Primera formación de Los Soles con la catedral de fondo. De izquierda a derecha: Hilario (batería), Alberto (bajo), Chema (voz), Berna (punteo) y Ángel Luis (rítmica).

Finalmente, en 1966, los integrantes del conjunto intentaron un paso de gigante hacia la plena profesionalización. En primer lugar cambiaron su nombre por el más ibérico de Los Soles. Después, su manager le encargó a Manolo Iglesias el mejor equipo instrumental que se vio en esta ciudad en décadas. El propio Berna adquirió una guitarra Gretch, la más cara del mercado (100.000 pesetas de la época). Hilario, que sustituyó a Felipe de la Osa en la batería, se compró una Ludwig idéntica a la de Ringo Starr. Los amplificadores eran Vox, el bajo un Fender Jazz Bass y el equipo de voces
Semprini. Lo mejor y más caro que se podía comprar.

En el remozado repertorio introdujeron los temas más modernos, desde una versión del Black Is Black que mereció la felicitación de Los Bravos –sus intérpretes originales– hasta canciones de The Beatles o del mismo Jimi Hendrix. El atractivo del grupo llegó a su culminación cuando, poco antes de disolverse, introdujeron un teclista francés y una corista de color (negro, claro). Sin embargo, todo este esfuerzo y buen hacer no se vio correspondido por un éxito económico paralelo. Ángel Luis Delgado, ex guitarra rítmica del grupo afirma que “pese a nuestro reconocimiento artístico, recuerdo una vez en que fuimos a actuar en Sevilla; nos alojamos en una granja y estuvimos dos de los treinta días que duró nuestro periplo andaluz alimentándonos exclusivamente de huevos, ya que la mayoría del dinero se nos iba en pagar nuestros estupendos instrumentos”. Quizás les faltaron temas propios y alguien capaz de ponerles en contacto con la industria discográfica, o quizás no tuvieron paciencia para esperar a recolectar lo que tan laboriosamente habían sembrado. Por ello, el grupo se disolvió en 1968. Los avatares del destino llevaron a cada uno de sus integrantes por muy diversos caminos. Chema en la actualidad, posé una gestoría en Salamanca; Berna y Alberto, se dedican respectivamente a la distribución y venta de instrumentos musicales, Ángel Luis, tras una fructífera carrera musical como miembro del dúo Mona y Luis, es actualmente el director comercial de la emisora local de Punto Radio e Hilario, además de desempeñar otros trabajos, sigue tocando profesionalmente la batería. Sin embargo, tanto Ángel Luis como Berna, recuerdan añorantes aquellos años de su juventud, en los que –en palabras del primero– “las chicas nos pedían autógrafos como a Los Beatles, pese a que nunca llegamos a pisar un estudio de grabación”.

Los Soles, segunda formación
Primera formación de Los Soles con la catedral de fondo. De izquierda a derecha: Hilario (batería), Alberto (bajo), Chema (voz), Berna (punteo) y Ángel Luis (rítmica).

(Del libro «Historia incompleta del Pop y del Rock en Salamanca«, de Víctor González Villarroel. Explorafoto, Salamanca 2009)

Edición web: Petry (Culture27)

Sobre Víctor González Villarroel 30 artículos
Víctor G. Villarroel es un veterano periodista salmantino que residió en Madrid hasta que, en 2005, regresó a nuestra ciudad. Autor del libro “Historia incompleta del Pop y del rock en Salamanca” (2009), que resume las crónicas que semanalmente publicó en el desaparecido diario EL ADELANTO. Le gusta definirse como “arqueólogo musical”, debido a su tendencia a contar historias sobre pioneros de nuestro rock local. Actualmente colabora en el MES y en el programa musical “A Nuestro Ritmo” de Radio Oeste.

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