Historia de un supergrupo

2º formación de Eva Rock
Flores superbarbudo, Richard disfrazado de vampiro y su bajista vasco intentan resucitar Eva Rock.

Eva Rock fue la única banda salmantina de los 70 con repercusión nacional

En 1974, tras la disolución de las últimas formaciones del grupo 96, Paco García, batería de una de ellas, junto a su compañero el guitarrista Flores, tratan de inventarse un grupo con el que, de una vez, triunfar como rockeros profesionales. Conociendo a ambos era lógico. Tenían gustos musicales próximos (centrados en el rock duro), aficiones similares (referentes a la experimentación con sustancias psicoactivas) e idénticas ambiciones (interpretar buen rock y salir de Salamanca). Para ello necesitaban más gente de su cuerda. Tuvieron suerte; encontraron a José Manuel, un bajista procedente de La Línea de la Concepción, recién llegado de Londres, ciudad en la que había estado tocando durante dos años. Antes de partir hacia su aventura británica residió brevemente en nuestra ciudad. Y aún antes, en tierras andaluzas, tocó en grupos afamados (Los Arrayanes de Granada o Los Gritos, con quienes incluso había grabado discos).

“Cuando llegó traía un bajo Rickenbaker stereo y un ampli Hywat de 200 watios que jamás se habían visto por estos pagos. Pero lo tremendo era su forma de manejar el instrumento. Era una mezcla de Jaco Pastorius y Carles Benavent, mucho antes de que aquí no percatáramos de la existencia de estos; tenía un increíble sentido del ritmo, una creatividad pasmosa y tal velocidad que, más que tocar, parecía escribir a máquina”, afirma Paco García. Tenía, además un aspecto espectacular. Llevaba un corte de pelo que combinaba el cabello corto sobre la frente y largo hasta los hombros por la espalda. Unas botas pintadas de purpurina montadas sobre enormes plataformas le subían hasta las rodillas, sus pantalones eran de vivos colores e iban metidos por dentro de estas. En resumen, que llevaba un aliño indumentario que, en la Salamanca de los setenta, destacaba cual mosca en cuenco de leche.

Eva Rock posando
Eva Rock:
detrás Flores (con un círculo en la frente),
abajo José Manuel y Paco.

Revolución estética y musical

Con estas pintas circulaba por la calle, en compañía de un no menos llamativo Flores. En escena ambos se mostraban aún más provocadores. Actuaban con la cara pintada de blanco y diseños de color rojo en forma de estrella. Además tocaban con cables de guitarra como de 20 metros (entonces no había inalámbricos), lo que les permitía correr por el escenario, entrechocar los mástiles de sus instrumento y, por supuesto, bailar al frenético ritmo del rock que interpretaban. Paco, más discreto, llevaba menos maquillaje, pero cantaba con una voz de falsete, no menos andrógina que los disfraces de sus compañeros, al tiempo que, con su batería, ejecutaba complicados poliritmos a lo John Bonhan.

A este aspecto a lo The Kiss, se le añadía un sonido en plan Led Zeppelin, igualmente rompedor. Interpretaban versiones libres de los temas más salvajes de la época, (Rock and Roll y Whole Lotta Love de Led Zeppelin, Smoke On The Water de Deep Purple, Paranoid de Black Sabath…). Tras un sonado debut en el teatro de los Salesianos (dicen que les cortaron la corriente tras una improvisación de más de veinte minutos a cargo de Flores), el trío comenzó a montar su espectacular bronca por toda la provincia. Incluso, en el verano del 74, se convirtieron –efímeramente y por exigencias del contrato– en cuarteto, junto al teclista José Luis HHontiveros. Tenían que tocar el verano entero en Lloret de Mar, pero les echaron el primer día debido a su aspecto, su rock atrevido y los numeritos que montaban. Pero su lanzamiento en todo el país llegó tras una actuación en la mítica sala M & M de Madrid “Estaban todos los rockeros de España, ya que nuestra fama se había ido extendiendo de boca en boca”, cuenta Paco.

Eva Rock con las ruinas de fondo en plan gótico (en Alba de Tormes).
Los mismos con las ruinas de fondo en plan gótico (en Alba de Tormes).

“La invasión de la cochambre”

Tal fue el éxito que José Luis Fernández de Córdoba, el manager más avanzado de la época, empezó a representarles. De su mano, participaron en las 15 horas de Música Pop, un macrofestival celebrado en Burgos en el verano de 1975. Acudimos todos los jóvenes melenudos del país. Por cierto, La Voz de Castilla, periódico del Movimiento Nacional, recibió a los asistentes con un inefable editorial titulado La invasión de la cochambre.

La intervención de Eva Rock en este evento fue memorable y les abrió las puertas de las mejores salas de España. Al final de la última canción, Flores rompió contra los amplificadores una magnífica guitarra Fender Stratocaster de color blanco, que Paco Mata –alumno y admirador– había tenido la ingenuidad de prestarle, sin sospechar la hazaña que se disponía a perpetrar con ella.

Eva Rock en el Festival de Burgos
Eva Rock en el Festival de Burgos

El grupo mereció la atención de la prensa especializada. Vibraciones, la revista musical más prestigiosa de España, les dedicó un amplio reportaje en el que aparecían en Fresnoalándiga, el pueblo de Flores, donde establecieron su cuartel general.

Parecía que Eva Rock se iba a convertir en uno de los principales grupos del país. Pero se disolvieron prematuramente, cuando estaban a punto de grabar. La razón no fue otras que la malísima relación personal existente entre Flores y José Manuel. “Se llevaban como el perro y el gato. Yo conseguía a duras penas poner paz en aquella guerra constante, pero me fue resultando cada vez más difícil”, afirma Paco. Así que, tras una primera espantada de José Manuel a Londres durante la que le sustituyó al bajo el guitarrista madrileño Joe Morales, el trío se disolvió en 1976, tras varios intentos fallidos de reflotarlo con bajistas locales como Juan Antonio el Comi o Ángel Rodríguez (Los Astros). Paco, que ya había pedido dos prórrogas por estudios, se fue a la mili. Flores, actuó algunas veces con el nombre de Eva Rock en Bilbao. Iba junto a Richard Martínez de cantante y dos músicos vascos al bajo y la batería. Finalmente, tuvo un ataque de misticismo y se convirtió a la Iglesia Evangélica. Tras un intento de hacer música Kósmico Krística, quemó su guitarra, su amplificador, sus discos, la ropa de actuar y todas las fotos en que aparecía tocando. “Dios me ha ordenado deshacerme de todo resto de la música diabólica que he interpretado estos años”, afirmaba. Desde entonces se ha dedicado a la predicación. Además dicen que se ha hecho rico con una empresa constructora en Cáceres. Paco García, que tras concluir su servicio militar trasladó su domicilio a Madrid, se convirtió en unos de los mejores baterías profesionales de España. Por último, José Manuel reside actualmente en Londres, en donde se ha trasformado en guitarrista de flamenco.

Edición web: FerCyborg

(Del libro «Historia incompleta del Pop y del Rock en Salamanca«, de Víctor González Villarroel. Explorafoto, Salamanca 2009)

Más sobre Eva Rock

Sobre Víctor González Villarroel 30 artículos
Víctor G. Villarroel es un veterano periodista salmantino que residió en Madrid hasta que, en 2005, regresó a nuestra ciudad. Autor del libro “Historia incompleta del Pop y del rock en Salamanca” (2009), que resume las crónicas que semanalmente publicó en el desaparecido diario EL ADELANTO. Le gusta definirse como “arqueólogo musical”, debido a su tendencia a contar historias sobre pioneros de nuestro rock local. Actualmente colabora en el MES y en el programa musical “A Nuestro Ritmo” de Radio Oeste.

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  1. Flores Hernández, Eva Rock y el Festival de la Cochambre – A Nuestro Ritmo 137 – Música En Salamanca
  2. Paco García sobre Eva Rock- A Nuestro Ritmo 137b – Música En Salamanca

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